Osa mayor. Año
3004.
-Mami ¿por qué
lloras?-, -No, cariño, no lloro sólo me brillan los ojos. ¡Mira lo que he
encontrado!-, -¿Qué es eso, mami?- , -Ven, siéntate junto a mí, quiero
enseñarte estas viejas cartas de tu padre-, -¿De mi papá? -, - Sí, mi amor, de
tu papá. Escucha, ésta fue la última -.

Desde la eternidad,
el amor que espera mover siempre tu alma, Risko 24.
Risko 25
bostezó por tercera vez. –Mami, no entiendo nada -. Atenea abrazaba a su
pequeño. -No tienes nada que entender, sólo que tú papá desde algún lugar de
las estrellas siempre velará por ti... y
por mí-. La acompasada respiración del niño le indicó que se había quedado
dormido. En aquel momento Atenea sintió la urgente necesidad de contestar
aquella carta.
Mi indeleble
Risko; han pasado siete años. Te he sentido cada minuto de este tiempo y aunque
soy consciente de que estoy pecando, me oculto de todo y todos para no sentirme
culpable. Las leyes dicen que sentir trae demasiadas desgracias, que hubo un
tiempo en que esos sentires sólo conducían a miserias, y después guerras,
odios, vanidades, egoísmos... Pero se olvidaron de que esos sentimientos
negativos engrandecen las cosas buenas. La gente tiene miedo a sufrir. Yo
también dejé de vacunarme, siento cosas que los demás no pueden; y aunque
siento demasiado sé que no me voy a morir, sólo dejé que se me agrandara el
corazón. Tu esperma fecundó. Nuestro hijo tiene cinco años. Te siento muy
dentro y eso me hace feliz.
Desde las
estrellas, el alma que siempre necesitara de tu recuerdo para seguir, Atenea
17.
No hay comentarios:
Publicar un comentario