No sé si la historia de ésta mujer interesa, ni
siquiera si alguien la leerá, solo sé que necesito contarla, necesito hablarte
de Bimba.
"Sus abuelos habían trabajado como esclavos en
las plantaciones de algodón de Carolina del sur. Cuando al fin se abolió la
esclavitud habrían de pasar muchos años antes de poder regresar a su poblado,
una pequeña aldea cercana a Kribi en Camerún.
Crisa, su madre, nacida siendo esclava pudo vivir
su vida, aunque llena de miserias, en libertad. Se casó con alguien que habían
elegido para ella, pero el destino los separó pronto dejándola sola y en
cinta.
Bimba nació un lluvioso día de Mayo. Su madre y una
misionera española se encargaron de que la pequeña creciera feliz. Los primeros
años de su infancia quedaron muy ligados a los cantos de trabajo que aún
recordaba mamá Crisa, y a los sueños y recuerdos que le inculcaba la misionera
que, sin darse cuenta nadie, en la cabecita de la niña abrían una puerta de
futuro.
En el poblado tenían una pequeña escuela que hacía
sus veces de hospital. La misionera enseñó a leer y escribir a la media docena
de niños que aún no podían trabajar. Bimba acudía a la escuela, cantaba con
todos las canciones que le enseñaba su madre convirtiéndose en la bocanada de
aire fresco de la pequeña aldea. Pero de nuevo el destino movió ficha, estalló
una de esas absurdas y crueles guerras arrasando el poblado. Crisa murió y
Bimba junto con otra niña de la aldea fueron metidas en un barco con rumbo
desconocido.
Pasaron muchos días encerradas en un angosto y
maloliente camarote, a oscuras, salvo la frágil claridad que se filtraba por
una rendija. Llegadas a su destino, ambas niñas fueron separadas. A Bimba la
llevaron a una hermosa y enorme casa. Allí, dejó lavarse y desparasitar su
pelo.
Los vestidos que le dieron para ponerse eran...
nunca había visto nada igual, podían ser bonitos y olían bien, pero la
conversación de esas mujeres a las que sólo les veía los ojos y como la habían
tocado después entre sus piernas, habían bloqueado su mente imposibilitándola
para percibir nada que no fuera miedo.
Tardaría muchos años en descubrir que aquello a lo
que la obligaban también se hacía por amor; que no eran necesarias las palizas,
ni que todos los embarazos eran indeseables, ni que todas las mañanas había que
tomar una infusión de hierbas para evitarlos, ni que...
Cuando contaba 22 años logró huir del
prostíbulo.
Después de esconderse durante días, encontró un
pequeño antro del cual provenía música; canciones similares a las que cantaba
su madre. Hubiera sido imposible no entrar, resistirse a la llamada del
corazón.
Empezó fregando retretes. Luego se enteró de que
aquella música era "Blues", aprendió varias canciones que tarareaba
fregando. Por casualidad, un día que no se presentó la solista cantó ella. El
dueño del tugurio comprobó que haría más dinero teniendo a Bimba y no a la
solista. Bimba era mucho más atractiva y por qué no reconocerlo, cantaba mejor.
La joven, gracias a la música, conseguía dejar
atrás sus años negros en Marraket volviendo a dejar cabida a los sueños.
Ahorraba lo poco que ganaba con una única idea en
mente.
Por fin se presentó la oportunidad de conseguir un
sitio en una patera. Navegaron "los buscadores de sueños" en medio de
la oscuridad persiguiendo una luz, su luz.
La barcaza les dejó con prisa en una cala solitaria
de Málaga. Deberían correr y desaparecer nada más llegar. Casi todos fueron a
parar a una iglesia donde sabían que habían ayudado a otros.
Bimba empleó el dinero que le quedaba en legalizar
sus papeles. Le consiguieron un trabajo de sirvienta y por la noche cantaba en
cualquier bar.
Y así pasaban los años, pese a la soledad y rechazo
de casi todos, comenzó a abrir los brazos, a sonreír, a ser feliz. Enseguida se
había defendido con el idioma, hasta incluso había aprendido a leer.
Leía poesía que le ayudaba a soñar, a disfrutar de
las pequeñas cosas... y a enamorarse.
Un cantaor de flamenco le había arrebatado el
corazón, mas desapareció cuando se enteró de que Bimba estaba embarazada.
La mujer no le culpó por ello, ese hijo era lo que más deseaba en el mundo y lo
demás era secundario. Su hijo nacería dentro de su sueño, con un futuro por
delante, y con el amor y esfuerzo de su madre llegaría a ser un ciudadano más.
Han pasado 25 años. Bimba está en el hospital,
creíamos que se moría pero gracias a su fortaleza vivirá".
Esta es la historia de mamá Bimba, mi madre. Me
llamo Dolores y soy española.